Así seas un experto o un novato, una buena estrategia de comunicación acercará la opción que eres a los potenciales clientes quienes luego y en virtud de quién eres tomarán su decisión. Y aquí es donde valen las preguntas que has contestado al inicio y tu cartera de clientes y experiencia. Si no la tienes, destaca tu potencial; también vale.
Tanto en el mercado laboral como en el mundo de las empresas la imagen lo es todo. Claro, esto no excluye el trabajo y la excelencia, las aptitudes y los conocimientos. Pero sin dudas, hoy podemos decir que si eres bueno, confiable, trabajador, eficiente y eficaz, pero nadie sabe de ti, no tendrás un empleo, o al menos no llegarás al lugar que te mereces por tus capacidades. Y todo por el marketing. O la ausencia de él.
El
marketing no se limita a la promoción de productos, empresas o instituciones;
no sólo se puede utilizar para vender productos y servicios, puede
servir para que te des a conocer.
Ya sea
que eres un profesional independiente o no, dueño de una empresa, socio o capitalista,
tienes la oportunidad de destacarte, levantar la cabeza por encima del montón
de gente con los mismos proyectos y ser visto por aquéllos que te necesitan.
Este
tipo de marketing, que se ocupa de promover
a las personas se denomina Personal Branding o
Desarrollo de Marca Personal, que en términos simples, te enseña a venderte a
ti mismo. Es decir, se trata de lo que se ha llamado en algún momento Marketing
personal.
El concepto de Personal Branding o Marca Personal fue introducido por el especialista Tom Peters que expuso el término en su obra “50 claves para hacer de usted una marca”, en 1997.
Y, si
bien el nombre de la estrategia pueda sonar novedoso, en realidad no lo es,
aunque sí su aplicación a la esfera
personal/profesional.
En
realidad, de marketing feroz hemos visto y escuchado mucho pues es así como las
primeras marcas consiguen sus puestos que no siempre es fruto de la calidad de
sus servicios o materias.
Algunas
de las empresas más reconocidas que utilizan este tipo de marketing son
Microsoft, Adobe, Bank of América y Apple, que recientemente bombardeó los
medios para asegurarse el éxito de su Apple
iPhone 3G. Y lo consiguió.
Estas campañas, a gran escala,
son extremadamente costosas y no esperamos ni
promovemos que tú puedas hacer una equivalente para vender tus servicios o
empresa, pero sí puedes usar algunas de las estrategias para destacar y
sobresalir de un montón de personas que, como tú, buscan un empleo, mejora
laboral o éxito empresarial /comercial.
En definitiva, una persona que quiere destacar debe crear su propia marca
registrada, para ser reconocido por el nombre o
logotipo que elija para identificarse.
Eso
sí, tener tu marca registrada puede demandarte algo de esfuerzo, sobre todo
mientras intentas que la misma se consolide y tenga reconocimiento en ámbito
social, laboral o empresarial; pero no te arrepentirás.
Lo
primero a tener en cuenta es que debes ser el mejor experto en tu campo de
acción; será vital que conozcas a fondo tu trabajo o empresa,
tus características personales y profesionales, así como cada detalle de tu
persona que pueda ser relevantes para dar información sobre ti.
Te
servirá, además, conocer todas y cada una de las percepciones que existan
sobre ti, cómo te valoran tus compañeros de
trabajo, tus superiores, inferiores, vecinos, amigos, colegas, clientes y toda
persona cuya opinión sobre ti aporte un dato que te ayude a venderte.
Necesitas
saber si eres confiable y, en tal
caso, cómo mejorar esa percepción o mantenerla para poder venderte como un
profesional consolidado en cuyo historial laboral no podrán encontrar una sola
fisura.
Esto
último ayudará a que crees tu prestigio, que
debe formar parte de tu slogan ya que es fundamental para facilitar a tus
clientes actuales y potenciales su decisión de por qué elegirte a ti en vez de
otro y por qué seguir confiando en ti para comprar o contratar los servicios
/mercancía que ofreces.
De lo
antedicho podemos resumir que desarrollar una marca personal no sólo consiste
en asomar la cabeza por encima de la muchedumbre, significa tener metas y
alcanzarlas, comprometerse con ellas, con la profesión y contigo mismo para
desarrollar tu propia identidad profesional y usarla como una ventaja
competitiva. Al fin y al cabo, a todos nos gusta descubrir que elegimos bien y
tú debes dar a tus clientes razones para estar felices de haberte elegido.
Para
iniciarte en la hazaña del Personal Branding y obtener así tu propia estrategia
para venderte a ti mismo, lo
primero que deberás hacer es cuestionarte.
Las
preguntas que debes responderte concienzudamente son:
•
¿Quién soy?
• ¿Qué
sé hacer?
• ¿Qué
es lo que hago mejor?
• ¿Qué
tengo para ofrecer?
•
¿Cuáles son mis valores personales?
•
¿Cómo lo comunico?
El
Personal Branding es una noción totalmente holista donde confluyen los
conocimientos personales con los los profesionales pero también engloba
valores, habilidades y peculiaridades que son, en
realidad, quienes consiguen destacar a cada uno y diferenciarlo del resto.
Verás,
en las preguntas y sus respuestas, que no sólo es importante ser bueno en lo
que hagas, es importante que seas conocido y que les digas a los demás que eres
el mejor.
Aprende a desarrollar un
personal branding:
Lo
primero a tener en cuenta es que no lo harás de la noche a la mañana; si
eres un joven profesional, tendrás que usar una estrategia todavía más fuerte porque
no cuentas con trayectoria, experiencia ni referencias que son las mejores
herramientas para mostrar al cliente potencial tu marca personal.
Los
clientes, cada vez menos, quieren correr riesgos y, si no pueden saber que eres
de confianza, contratarán a otro, aunque tú seas el mejor. Al fin y al cabo,
sólo tú sabes que eres mejor y no tienes ninguna manera de demostrárselo.
Ya que necesitas decir que eres confiable, tu herramienta será la
comunicación. Y una buena estrategia comunicativa es un sinónimo de éxito
en Personal Branding.
Así
seas un experto o un novato, una buena estrategia de comunicación acercará la
opción que eres a los potenciales clientes quienes luego y en virtud de quién
eres tomarán su decisión. Y aquí es donde valen las preguntas que has
contestado al inicio, la opinión de tu cartera de clientes y la experiencia
acumulada a lo largo de tu vida laboral. Si no la tienes, destaca
tu potencial; también vale.
Recuerda
que las marcas son relaciones que se construyen entre oferta y demanda; así que
debes intentar que tu oferta permita identificarse con el mayor número de
clientes, o al menos a ese segmento al que apuntas, que al fin y al cabo quien
mucho abarca, poco aprieta y no puedes tener a todos contentos.
Si tu
escala de valores se trasluce en tu marca, si tus objetivos son claros y
concuerdan con los de tu cliente, entonces estarás contratado. Cuando hayas
conseguido tu cliente, mantener un canal de comunicación
abierto es vital para conservar el trabajo y promover que
ellos te referencien entre sus contactos y ampliar tu agenda usando el tan
efectivo y consolidado boca a boca, sin descuidar las anteriores estrategias
comunicacionales.
Tú serás tu propia marca y tu
trayectoria, tu prestigio y tu eslogan. Ahora debes salir a
venderte.
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